sábado, 24 de mayo de 2008

Parecidos razonables

Lightning Seeds - Pure


Fran Perea - 1 mas 1 son 7

Death Cab For Cutie - I Will Possess Your Heart

Después de muchos viernes... un nuevo video musical.

Death Cab For Cutie, que ya ha vendido cerca de 150.000 copias de su último disco "Narrow Stairs" en EE.UU.; mientras, en Europa, casi no conocemos nada de esta enorme banda.

martes, 20 de mayo de 2008

Ismael. Más de un mes más tarde...

Han pasado muchos días desde mi último post.

El significado de la palabra tiempo y, sobretodo, el de la palabra ocio cuando va asociada a la elaboración del blog, han cambiado sustancialmente desde hace poco más de un mes. Evidentemente, el causante de dicho abandono es el dulce personajillo que aparece a continuación: Ismael

Desde el día del nacimiento de Ismael hasta hoy, he tenido muy presente que el siguiente post que tenía que aparecer en el blog tenía que estar relacionado con el nacimiento de mi hijo. Como ya he escrito en alguna ocasión, este blog no deja de ser una especie de diario personal y, como tal, entre otras muchas cosas que acaban entrando en él, no podía faltar una entrada dedicada en exclusiva a un hecho que sin duda alguna ha marcado y marcará nuestras vidas desde hoy hasta el día en que ya no estemos.
Durante estos días, en más de una ocasión, he estado tentado de realizar alguna entrada (un video musical, una noticia, una viñeta brillante, en definitiva algo rápido que compartir), pero, en realidad, no sé porqué motivo me impuse que cuando pudiese volver a escribir algo aquí sería sobre el nacimiento de Ismael.

Últimamente, estoy un poco pesado con Travis.
Soy consciente que el grupo que más aparece en mis entradas dedicadas a música son ellos. Pero volviendo a lo que en su día escribí en la entrada dedicada a Alta Fidelidad , la música es algo que nos acompaña a lo largo de nuestra vida, que influye en ella y que, por consiguiente, y gracias a ella, podemos recordar o evocar diferentes pasajes de nuestras vidas. Tanto ahora Travis, como en su momento El último o The Police (cuando empecé a interesarme por la música), o Nirvana más tarde (en una especie de época grunge); The Crambrerries, U2, Blur y Oasis; la electrónica de los Chemical, Prodigy y Fatboy Slim; una larga lista de grupos independientes que no dejo de escuchar en la actualidad; ahora recuerdo un verano con el primero de Pastora; otros muchos que aquí no caben y otros que en este momento no recuero, no dejan de evocarme toda una serie de episodios de mi vida. Del mismo modo, y con el paso del tiempo, las notas de esta canción de Travis acabarán unidas inevitablemente a mi memoria, como hasta el momento, y desde hace un año, cuando editaron su último disco, algunas de sus canciones y sus dos conciertos en Barcelona, dejaron su poso en mi.
En definitiva, el cantante de Travis compuso My Eyes después del nacimiento de su primer hijo, y si ya me gustaba antes de saberlo ¿cómo olvidarla ahora?


En cuanto a mi nueva vida...
Nunca me han gustado los tópicos y, seguramente, menos aún desde que trabajo en un medio de comunicación tan propenso a ellos como es un periódico deportivo (ya se sabe, titulares del estilo:
Murieron con las botas puestas, Demasiado castigo, Final de infarto, Los penalties fueron una lotería, La pelota se salido de dentro... y otros tantos), pero ahora que llega el momento de escribir sobre algo importante, no soy capaz de pensar en algo sin llegar a caer en el más manido de los tópicos sobre la paternidad.
Porque el nacimiento de un hijo, porque el hecho del alumbramiento podría decirse que es un
milagro(1), en el sentido de que es increíble cómo se puede crear una vida dentro del viente de materno. Pero, en realidad, más que un milagro, asistir a un parto es una experiencia difícilmente superable. Con todo y, aunque el parto sea una experiencia inigualable, lo que sí que no es, al menos en mi opinión, es algo bonito(2). Como dice Isa, hay que acabar con el mito que dice que que es algo bello; tanto el parto como los primeros días como padres, si algo no son, es bellos.
Por otro lado, cada día estoy más convencido de que si algo define los momentos más destacados de la existencia humana, y no me refiero con esto a los sentimientos o a la vida cotidiana, al paso de los días, sino a esos momentos en que una persona es totalmente consciente del cuerpo en el que habita, cuando se da cuenta de la existencia de su propia carne más allá de un golpe, un corte o cualquier pequeño percance, en esos momentos, si por algo se caracterizan, es por los fluidos corporales; sí, no es coña, por los fluidos. Cuando algo fisiológico se pone "chungo" ¡hay están!, líquidos a "cascoporro".
Lo digo también con conocimiento de causa, por mi pequeño susto a causa de un absceso en las amígdalas; hay también hubieron fluidos, eso sí, nada que ver con los que hubieron en el parto. Ganó lo segundo por goleada.
El alumbramiento es un hecho tremendamente humano y, quizá por eso, no es bonito, porque la humanidad no es limpia, porque existe el dolor (aunque las drogas son una bendición llegado el momento), existe el sudor, la sangre, el líquido amniótico y otros fluidos; porque por mucho que la madre empuje, el niño no siempre sale solo, ni a la primera, sino que requiere de la aplicación diferentes fuerzas en diferentes zonas de la anatomía femenina, de utensilios poco sofisticados destinados a ayudar a la salida y, llegado el caso, todo ello acompañado de un corte estrategicamente situado con el objetivo de agrandar determinado orificio, más tarde convenientemente suturado (menos mal).
En fin, todo un ejercicio de violencia y sadismo calculado, llevado a cabo por unos profesionales debidamente preparados, pienso yo, en los mejores gimnasios de nuestra ciudad. En definitiva, bonito, no.
Y después llega el
instinto paternal/maternal(3). O no. No se despierta un sentimiento por arte de magia, no es así (vuelvo a repetir, al menos en nuestro caso). Aquí también todo es más humano, más prosaico, menos mágico e inexplicable. Sí que (y aquí hablo por mí) se experimenta un golpe de realidad, de repente eres consciente de muchas cosas que antes, por mucho que quisieras imaginarlas, nunca llegabas a pensar que fuesen tal y como más tarde iban a ser. Se sobreviene un aumento de la responsabilidad, la conciencia de que la nueva vida que ha nacido es única y exclusivamente responsabilidad tuya, que has de cuidarla y velar por su bienestar y, que por nada en el mundo, le puede pasar nada mínimanente malo (aquí reconozco que sí que hay cierto instinto o sentimiento inexplicable, aunque parecido, y aumentado, a lo que se puede sentir sobre algo de nuestra propiedad).
Es en ese momento cuando uno es consciente de que un hijo
te cambia la vida (4). Pero aquí también, y aún siendo cierto, me gustaría puntualizar algo. No es el niño el que te cambia, es uno mismo el que se cambia; es el mismo golpe de responsabilidad lo que mueve a adoptar una posición totalmente diferente a la que se tenía antes del nacimiento. Uno entiende que ya no se pueden hacer una serie de cosas (o al menos, si se hacen, con la actitud que se hacían con anterioridad), y comienza un proceso de adaptación que, como ya he dicho anteriormente, en los primeros días, no es en absoluto bonito. En ese instante, uno es ya capaz de ponerse en la piel de sus padres y de entender por lo que ellos han pasado, y es hay cuando tu vida cambia, cuando ves que ya eres y serás como tus padres...
No sé. Quizá todo lo dicho sea una gran "paja mental" y, aunque sea duro, nada bonito en ciertos aspectos, no acto para aprensivos, que se ha de estar seguro de dar semejante paso, también tengo que admitir que es un hecho completamente gratificante, reconfortante y que acaba de dar significado a lo que uno es como persona.
Se acaba siendo más que un hijo, se es PADRE.

Para acabar tamaña "chapa", una foto para los incondicionales de la Sangre Verde, una pequeña fricada. Para que el futuro próximo nos permita seguir disfrutando de la mutua compañía, sea a base de darle "pellejazos" aún balón o si no, como mínimo, tomando una caña.

Suerte para todos.

P.D. entre paréntesis y en cursiva, evidentemente, los tópicos.